En "Seres desconocidos", el escritor Mariano García construye con los instrumentos del formato gótico del siglo XXI una narración donde la paranoia se apodera del tono, y convierte al personaje central en una marioneta que castrado del presente, sólo piensa en un futuro que le revelarán las ciencias ocultas.
El libro, publicado por la casa Adriana Hidalgo, es la segunda inmersión de este doctor en Letras en el universo de una ficción, y la primera en la vertiente que explora los arcanos y el misterio del universo y las conductas de sus habitantes.
García nació en 1971 y obtuvo su matriculación en la Universidad Católica Argentina (UCA), donde se desempeña como profesor adjunto de Literatura Argentina.
Publicó "Degeneraciones textuales. Los géneros en la obra de César Aira" y la novela "Letra muerta" en 2009, también en Adriana Hidalgo; además de trabajar como traductor y publicar cantidad de artículos académicos.
"Seres..." está habitada por unas criaturas extrañas para sí mismas y para los otros, opacas y perseguidas por la fobia y la ansiedad, tanto que la conclusión lógica de ese martirio es una brutal paranoia.
En la contratapa, Ariel Magnus, escritor y traductor también, resume: "Un argentino emigra a Madrid, siguiendo a su pareja. Tras un confuso incidente con una alumna, debe abandonar el colegio religioso donde da clases".
Y agrega que "el incidente altera su personalidad (o termina de desarrollarla), y su pareja lo abandona". Durante un tiempo logra sostenerse hasta que finalmente lo arrasa un crack up.
Chantajeado por un portero y mantenido por una mormona, sólo le falta encontrar un libro de vampiros para que su carácter vacile y encuentre que un grupo de conjurados lo acecha y persigue.
"A partir de mi separación habrán comenzado a seguirme. Pues es un hecho que me seguían. Lo más terrible del delirio de persecución es que a la larga no es ningún delirio sino que se comprueba la existencia de los conjurados", se regodea el protagonista.
Dice Magnus: "García profundiza lo que ya puede considerarse una fenomenología de la paranoia, el resentimiento y la autoconmiseración". Por cierto, los seres desconocidos perforan el sistema de seguridad de su computadora, recibe correos falsos y su teléfono suena permanentemente, madrugada, mañana, tarde y noche.
La catástrofe se completa en la oscilación entre Gloria y Ada Mantis, una bruja a la que el personaje acude para liberarse de un infierno que es personal y al mismo tiempo produce efectos que convierten a seres normales en seres desconocidos. En rigor siempre son desconocidos aunque se imaginen normales, esa vanidad de vanidades.
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