Fueron la primera banda punk británica en grabar un simple ( New Rose ), un álbum ( Damned, Damned, Damned ), en separarse y volver a juntarse. Y, por esas cosas de la vida, la última en llegar a Buenos Aires. Al final, el próximo 15 de abril, en Groove, el ahora quinteto se estrenará en Buenos Aires con al menos dos miembros originales: el mítico guitarrista (ex bajista) Captain Sensible y el vampiresco cantante Dave Vanian (imaginen: lo de Vanian es por “Transilvania”), que atiende el teléfono desde Londres, en el hogar que comparte con Patricia Morrison, esposa y ex bajista de The Gun Club, Sisters of Mercy y los propios Damned.
–Hay mucho misterio en cuanto a tu vida anterior a integrar The Damned. ¿Es verdad que trabajaste como sepulturero en un cementerio?
–Sí. Trabajé de sepulturero un tiempo. De hecho, tuve que dejar ese trabajo para salir de gira con la banda. Era muy joven. Había tenido otros trabajos antes y acepté ese laburo porque pensé que me iba a dejar mucho tiempo libre, para poder ir a Londres y hacer una carrera.
–¿Cuánta influencia tuvo en vos como cantante Screaming Lord Sutch?
–Curiosamente, ninguna. Siempre fue una especie de idea equivocada. Fue genial llevar el féretro en el escenario con Captain Sensible. Pero tuve influencia de las películas de de los años ‘20, a decir verdad, de la época del cine mudo. Y los thrillers de misterio de los años ‘30. Y, claro, Drácula influyó más en mi persona. Se entiende: no tanto en lo musical, sino visualmente.
–Es casi un cliché decir que los primeros discos de las bandas de punk rock son los mejores. ¿Dirías que fue su caso?
–Había libertad en lo que hacíamos, no había reglas, y la consecuencia fue algo mágico. Nos pasó lo que a cualquier banda. Una banda cuyos inicios fue increíblemente excitante. No éramos muy conscientes de lo que hacíamos. Vivíamos día a día de nuestra música, probablemente fue la mejor época que nos tocó.
–El segundo álbum fue producido por Nick Mason, de Pink Floyd. ¿Qué onda?
–Supuestamente no iba a ser Nick Mason, sino Syd Barrett… Y Syd en principio había aceptado hacer el álbum, pero su salud mental no se lo permitió. Y cuando grabamos el álbum, terminamos haciéndolo con Nick Mason. No fue una buena elección.
–El tercero, “Machine Gun Etiquette”, es el preferido de tus fans. ¿Para vos también?
–Sí. Fue nuestra primera muestra de creatividad. Porque el primer álbum fue en realidad el álbum de Brian James, el guitarrista. En Machine Gun Etiquette y luego el Black Album es mucho más nuestro sonido. Todos colaboramos con las letras y la música para que la banda encontrase un sonido propio. Algo oscuro, pero carnoso. Misterioso y garagero. Fue un gran momento.
–En Argentina, el primer discoeditado fue “Phantasmagoria”. ¿Cómo ves, en perspectiva, ese álbum?
–Fue muy divertido hacerlo. Fue la primera vez que sentimos que la banda realmente tenía una chance de ser famosa y hacer dinero. Era algo tangible Tuvimos muchas expectativas en ese momento. Así fueron los ‘80: grandes años, grandes egos (risas).
–¿Cuáles fueron los mejores y peores momentos de la banda?
–Es una pregunta difícil. Los primeros tiempos, fueron increíblemente buenos. Y los malos momentos fueron terribles: tuvimos hasta que vender cosas para sobrevivir. Llegamos al punto de preguntarnos si valía la pena seguir. También hubo promesas falsas relacionadas con la banda a lo largo de los años: relaciones con representantes y con sellos musicales, nos trajeron tantos problemas que podrían haber aniquilado a la banda. Pero, de alguna manera, las contrarrestamos. Y regresamos, más fortalecidos (risas).
–El año pasado tocaste en Disneyland para Halloween. ¿Cómo fue esa experiencia?
–Tenemos cierta reputación de tocar para Halloween en distintos lugares de EEUU. Lo venimos haciendo hace años. Todos los días deberían ser Halloween.
–¿Cómo te mantenés tan pálido? ¿Le escapás al sol?
–Salgo seguido, no creas. Estoy al sol, pero no me gusta achicharrarme. Soy británico y solemos quedarnos adentro (risas). Me parece que lo mejor de la vida pasa en la penumbra.
Nota extraida de : Suplento S!
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